El gobierno nacional, a través de la Secretaría de Comercio Interior, publicó ayer en el Boletín Oficial la Resolución Nº 1050/2021, que establece, hasta el 7 de enero de 2022, la fijación temporal de precios máximos de venta al consumidor final, para todos los productores, comercializadores y distribuidores de 1432 productos. Asimismo, se requiere a las empresas que forman parte integrante de la cadena de producción, distribución y comercialización de los productos incluidos en el Anexo de esa resolución, a incrementar su producción hasta el máximo de su capacidad instalada y a arbitrar las medidas conducentes para asegurar su transporte y provisión durante el período de vigencia de la presente medida.
Así, el gobierno retrotrae el precio de esos productos al precio del 1º de octubre y los congela por tres meses en cada uno de los 24 distritos del país, en un intento por contener el notorio aumento de precios que los consumidores y comerciantes venimos padeciendo.
Al respecto, no resulta difícil recordar que el control de precios ha sido una medida utilizada por los distintos gobiernos desde la década del 50, y nunca ha dado los resultados esperados. Consecuencia de ese control o congelamiento, ha sido siempre el desabastecimiento de productos y una abrupta suba de precios a corto plazo. No hace falta ser demasiado analista para advertir que frente a idénticas soluciones, no cabe más que esperar mismos resultados.
Manifestaciones de Mario Grinmam
Por ello, desde nuestra entidad, y en consonancia con las manifestaciones vertidas por el Presidente de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios, Mario Grinman, consideramos que el gobierno debería buscar otras herramientas para brindar la estabilidad de precios pretendida, dialogando con los verdaderos formadores de precios que son los que en definitiva marcan el rumbo, y en nuestro país son unos pocos.
Nuestro análisis
La falta de soluciones alternativas y superadoras es lo que más preocupa a nuestro sector; las autoridades deben buscar otras vías y lograr consensos, pero no con unos pocos supermercados que atienden aproximadamente un 25% de la demanda, porque la cuestión es bastante más compleja. Se debería poner el foco desde los primeros eslabones de la cadena de producción y comercialización y no solo en los últimos, para poder encontrar verdaderas soluciones a los problemas estructurales que la Argentina tiene hace ya décadas, como es la emisión monetaria, el tipo de cambio, la inflación, entre otros.
Porque mientras se sigan postergando los debates que hacen a los problemas reales de nuestro país, las medidas que se adoptan resultan ser parches que no hacen más que dilatar y agravar la situación. Debemos reconocer que un problema de fondo es el monetario, mucho más profundo y complejo que la medida de control adoptada, una vez más. Porque nos preguntamos qué pasa con los otros precios y costos, que impactan directamente en esos precios que se imponen como máximos, y también qué sucederá luego de los 90 días.
Siempre es importante analizar lo acontecido a lo largo de la historia, y al respecto se advierte que los controles de precios nunca han funcionado; resulta imperioso buscar otras alternativas, plantear ideas e implementar medidas innovadoras, porque las circunstancias fácticas así lo indican, sobre todo en estos años durante los que hemos aprendido, pandemia mediante, que el mundo ha cambiado, y que todos debemos redoblar esfuerzos para que nuestra sociedad pueda salir adelante.
https://www.boletinoficial.gob.ar/detalleAviso/primera/251404/20211020